El Barón voló sobre Barcelona

Impresionante. Barón Rojo cerró el año a lo grande, demostrando que siguen siendo los mejores. Los hermanos De Castro están en forma y los nuevos –el bajista Tony Ferrer y el batería Rafa Díaz– se han adaptado perfectamente a la banda. El grupo ha sufrido muchos cambios a lo largo de sus veintisiete años de historia, pero nunca ha perdido su esencia. Su rollo sigue siendo el rock... aunque con algo menos de pelo.

La noche comenzó con sorpresa. Después de zamparme un buen bocadillo de salchichas, acudí medio engañado a la Sala Salamandra de l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Allí me esperaba uno de mis mejores regalos de Reyes: ver en directo a Barón Rojo. ¿Qué mejor manera de despedir el 2007? La sala estaba repleta. Los años no pasan en balde, pero lo cierto que los “Barones” siguen despertando mucha expectación allá por donde van. Entre el público había gente de todas las edades. Varias generaciones unidas por la misma causa: el rock and roll.

Con algo más de treinta minutos de retraso, las luces se apagaron y empezó a sonar ‘Al final, perderán’, de su penúltimo disco ‘Ultimasmentes’. Parece que después de la publicación de “Desde Barón a Bilbao”, la banda ha iniciado una nueva etapa, rescatando en sus directos algunos temas, como ‘Vampiros y banqueros’, ‘Bajo tierra’ o ‘Fronteras’, de sus álbumes menos conocidos. Tal vez para demostrar que ha habido vida después de Sherpa y Hermes Calabria.

En seguida me di cuenta de que iba a ser un concierto especial. De esos que se te quedan grabados en la memoria para toda la vida. Estar en las primeras filas a escasos diez metros de los De Castro es un recuerdo inolvidable. El éxtasis llegó con los primeros acordes de ‘Barón Rojo’. Un tema que ya se ha convertido en un himno. Después tocaron todos su grandes éxitos, no faltó ni uno: ‘Larga vida al rock & roll’, ‘Concierto para ellos’, ‘Cuerdas de acero’ o ‘Hijos de Caín’. El público jaleaba todas las canciones, echándole una mano al bueno de Carlos, mientras Armando derrochaba energía sobre el escenario. Espectacular. Los nuevos también aprobaron el examen con nota. Son dos grandes músicos. El castellonense Tony Ferrer (Los Parpel) dio una lección al bajo y se marcó un solo impecable en ‘Con botas sucias’, aunque estuvo un poco estático. Y el batería Rafa Díaz (ex Easy Rider) conectó desde el primer momento con la gente, dejando una magnífica sensación.

El concierto duró más de dos horas y media, que a mi se me pasaron volando. Habría seguido toda la noche escuchándolos. Y es que los hermanos De Castro tienen cuerda para rato. Tras la marcha de Ángel Arias y José Martos, llegué a dudar del futuro de la banda. Pero me han vuelto a sorprender. ¡Larga vida al Barón!

Sala Salamandra
L'Hospitalet de Llobregat
29-12-07

Comentarios

Emili Samper ha dicho que…
Menuda manera de acabar el año, sí señor! ;D