Entrevista a Julián Hernández, líder de Siniestro Total

'Si tuvieramos nostalgia, sería terrorífico'

Siniestro Total está de nuevo en la carretera con la gira de su último disco Que parezca un accidente. El periodista Raúl Cosano, amigo de El Rock de la Urbe, charló con su líder, Julián Hernández, sobre sus proyectos empresariales, la nueva etapa de la banda o el disco de country que están preparando.

¿Qué se siente al ser empresario discográfico?
Tampoco es eso, hombre. Hacemos lo que podemos pero en pequeñas diócesis, a minúscula escala y a lo que se pueda hacer. No se trata de una pretensión salvaje de compañía de discos, sino de ir sacando adelante algo de música. Sobrevivimos para hacer proyectos más cercanos, las cosas que se nos ocurren a tres o cuatro. Pero en ningún caso es pluriempleo.

¿Qué espectro estilístico abarca Discos de Freno?
Nada más que los proyectos más cercanos y cuando se tenga dinero. Lo que sí hay son algunos criterios. Si podemos tener una estructura montada, en el momento en que tengamos el trabajo hecho y la pasta disponible, las sacamos adelante. Desde cosas más pop, hasta más de vanguardia o de lo que se nos ocurra. No podemos competir en absoluto con nadie. Es una estructura pequeña que se puede mover en una medida lógica. Si pudiéramos editar, por ejemplo, libro-disco, lo haríamos, pero hay que considerar el dinero y haríamos cosas escandalosamente rentables.

¿Cómo se llevan a cabo tantos proyectos?
¡Eso mismo me pregunto yo! ¡Pues tirando como se puede y quitándote horas de sueño, supongo! También aparcando alguna cosa en un momento dado y tirando por otro sitio, dejando que alguien tire de ti para ir avanzando medianamente bien... Alex, el chaval que está haciendo el videojuego de los Cronocrímenes, la película que ha hecho Nacho Vigalondo, me decía que vivimos en un constante pluriempleo. Eso forma parte del espectáculo.

¿Le molesta que le llamen polifacético?
Hombre, no es que me moleste... ¡Es que es más pluriempleo que otra cosa! Por ser fieles a la verdad, puedo decir que no soy polifacético. El Gran Wyoming decía que si le daban un lápiz y un papel, él escribía; si le ponían delante una cámara, hacía televisión, y si le colocaban una banda y al Maestro Reverendo con el teclado, pues hacía música, pero en realidad todo era lo mismo. En mi caso, pasa igual.

¿Qué ofrece la actual formación de Siniestro Total sobre el escenario?
Ahora estamos de gira, con el disco éste nuevo de Que parezca un accidente, y al mismo tiempo que tocamos en directo por todo el país le damos vueltas a un álbum de country, pero eso es lógico.

¿Lógico? ¿Por qué?
Galicia está arrinconada allí en el oeste y por eso en algún momento teníamos que tirar para el country o el western. Es algo natural. Y en ésas estamos.

¿Tocarán las canciones clásicas y emblemáticas?
Nunca sabemos muy bien cuáles son. En el disco no se escogieron canciones para grabar, eran simplemente las que estábamos haciendo en la gira. Y decidimos que no se parecieran en nada a las que ya estaban grabadas porque si no, hubiera sido muy aburrido. Por un lado, es bueno tener mucho repertorio porque ves que puedes escoger, pero eso también es difícil. Siempre nos tiramos un mes y medio seleccionando las canciones de la gira.

¿Hay canciones que se han cansado de tocar?
No creas... Curiosamente, nos ha pasado al revés, con canciones que no tocábamos desde hacía mucho tiempo, las hemos intentado recuperar y las hemos dejado porque no nos salían. Otras veces sí que sale bien esa recuperación de la canción y sale adelante. Si la canción no funciona en el local, lo mejor es no intentarlo más. Es que, al fin y al cabo, las canciones son como los hijos. Unos te salen tontos, otros listos, otros se te van de casa pronto y ya no los ves más en toda tu vida y otros se quedan hasta los 40 y son un coñazo. Depende.

¿Por qué siguen en esto?
Porque si no nos lo pasáramos bien, no tendría sentido nada de esto y, si la maquinaria no funcionara, tampoco. Lo que hace que funcione es que el grupo suena bien, está en un buen momento. Conseguimos no tirarnos los trastos a la cabeza con lo cabezotas que podemos llegar a ser y eso ya es mucho... y nos deja ese margen suficiente para sobrevivir. El día que no veamos las cosas claras, pues se acabó. Eso lo tenemos claro. En parte, seguimos en la carretera porque somos muy cabezones.

¿Hay nostalgia?
No, qué va, no hay nada de eso. La nostalgia es un sentimiento reaccionario. Tampoco hay que decir que ahora recuperamos canciones del pasado. Las canciones las tenemos ahí y no hay que recuperarlas ni pensar en qué bonito fue todo aquello. No nos hace ninguna falta vivir de las rentas. Hacemos las cosas en la medida en que las necesitamos y nos parece conveniente. Si tuviéramos nostalgia, todo esto sería terrorífico.

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