Centinela: una buena dosis de heavy metal

El heavy metal sigue vivo. La banda albaceteña Centinela lo dejó claro el viernes 9 de enero en la Sala Zero de Tarragona ante más de medio centenar de personas que disfrutaron de lo lindo viendo en directo a uno de los grupos con más recorrido del panorama español. La escasa publicidad del concierto y la lluvia impidieron, tal vez, que el aforo se llenara.

Centinela, que volvía a tierras tarraconenses tras su paso por el festival Avellana Rock en 2003, mostró desde el principio su fuerza sobre el escenario, con un sonido demoledor al estilo de los grandes grupos de metal de los años ochenta. La banda tiene potencial suficiente para ser uno de los referentes de la escena nacional, pero incomprensiblemente la suerte no está de su lado –la multinacional Avispa ni siquiera les dio la oportunidad de grabar un disco-. José Cano es, sin duda, una de las mejores voces de este país. E instrumentalmente, la banda roza el sobresaliente, con Javier Simarro al bajo y Miguel A. Moreno a la batería. El grupo ha incorporado, además, a dos virtuosos de la guitarra: Juan Parreño y Fernando Moya.

Los albaceteños abrieron fuego en Tarragona con Escribiré, primer corte de su último disco Claustrofobia –el cuarto de su carrera–, autoproducido por la banda y que se puede descargar de forma gratuita desde su web. El público entró pronto en calor y se animó a jalear todas las canciones. Centinela tocó temas nuevos, como Vuelvo a crear o Tiempo de conquistar, y repasó aquellos con los que se empezó a forjar un camino en esto de la música allá por 1999: Rencor, Sin control o Pánico. A pesar de algún problemilla de salud –el bajista Javier Simarro se encontraba mal– la banda ofreció un concierto de cerca de hora y media de heavy metal del bueno, sin bajar la guardia en ningún momento. Antes de marcharse, por cierto, el quinteto anunció que ya está trabajando en su quinto disco. Una buena noticia.

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