Entrevista a Lichis

'Las raíces de la música están en el blues de los 50’

Miguel Ángel Hernando, alias Lichis, es el cantante y compositor de La Cabra Mecánica. También forma parte de la banda Troublemakers Blues Review. Acaba de debutar con el disco ‘Chicano Blues’, que recrea versiones del blues de Chicago de los años 50. Raúl Cosano se puso al aparato con él pata charla de esta nueva aventura musical... y de La Cabra Mecánica.

¿Qué son los Troublemakers Blues Review para usted?
Es un reencuentro con la música con la que empecé, con otro tipo de cosas y con el bajo, que fue el primer instrumento que toqué. Rescatamos las raíces de la música, que luego fui mezclando con todo tipo de estilos en proyectos como La Cabra Mecánica. Es una manera de bucear en otro tipo de canciones y mantenerme en forma gracias al repertorio de blues de los años 50. Y es otro reencuentro con el guitarrista Julián Kanevsky, con quien llevo tocando desde el 94.

¿Es una manera de reconciliarse con el bajo, al que tanto tiempo y esfuerzo dedicó?
Fue mi primer instrumento y eso supone algo especial. Recuerdo que de pequeño mi padre me llevaba a los conciertos de Serrat y me atraía el bajo, que lo veía como un instrumento extraño y muy exótico. Con La Cabra dejé de lado el bajo para dedicarme a cantar y ahora lo recupero en este proyecto.

¿Qué tiene esa época, ese blues de los años 50?
La música blues de los años 50, con gente como Muddy Waters, Willie Dixon o Bo Diddley se anticipa a la gran eclosión del rock que vendrá después, tiene esa misma textura que luego impondrán gente como Elvis y los Rolling Stones, por ejemplo. Los textos también tienen esa temática del rock, muy de la calle, como el hip hop. En nuestras versiones, se trataba de ser lo más fiel posible al espíritu de los 50, dando nuestro toque personal pero desde el respeto, sin incidir tanto en la mezcla de estilos.

¿Cómo está siendo la respuesta del público en los conciertos?
El recibimiento está siendo muy bueno. Es una sorpresa. Viene gente que conoce a La Cabra y otros acuden para escuchar blues. Se topan con un blues adrenalínico y enérgico pero también es bastante ‘cool’; es un sonido que no deja de ser moderno.

¿Los Troublemakers tienen el rol de proyecto paralelo?
Es ponerle una etiqueta a todos esos proyectos que he tenido desde que comencé a tocar. Por la noche me dedicaba a La Cabra Mecánica y por el día a producir, además de tocar el bajo para un montón de grupos. Me desdoblaba. Es una válvula de escape que ahora, con mi estudio de grabación y tras instalarme en Barcelona, se ha podido materializar en un disco, plasmando todo lo que ido aprendiendo en estos años.

También está despidiendo de La Cabra. ¿Le queda tiempo para pensar en Miguelito, su próximo proyecto?
Tengo tiempo para todo. Estoy recuperando ahora las energías y las ganas de componer. Estoy reaprendiendo, viendo cómo entra el folk o las músicas de raíces hispanas. En algunas canciones del último disco de La Cabra ya se puede ver un poco por dónde irán los tiros de Miguelito. Ya empiezo a descubrir cosas, nuevos colores. Éste es el momento más bonito. Luego ya vendrán los malos rollos y los quebraderos de cabeza. Jugaré también con los estilos pero será algo más homogéneo.

El disco aún tardará…
El único plazo que me marco es el de mis propias limitaciones porque cuesta un esfuerzo tener que empezar de cero a mi edad. Quiero que lo que salga esté a la altura y también tengo que despedirme del público de La Cabra Mecánica. Por eso estoy haciendo la gira con Fito y Fitipaldis.

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