'La formación original era dinamita pura en directo'
El periodista y crítico musical Mariano Muniesa (Madrid, 1967) acaba de publicar la biografía de Barón Rojo, uno de los grupos más grandes e influyentes de la historia del rock español. El Rock de la Urbe se puso en contacto con él para que nos contará lo más destacado de la historia de la mítica banda madrileña: desde sus inicios hasta la reunión de los hermanos De Castro, Sherpa y Hermes Calabria en 2010.
¿Cómo se consigue resumir los treinta años de carrera de Barón Rojo en apenas 326 páginas?
Esos treinta años de carrera en el fondo pueden reducirse en una sola frase: "Un maravilloso sueño que pudo ser mucho más maravilloso aún". A partir de ahí, la historia, al menos en lo fundamental, puede darse a conocer en ese espacio con una cierta capacidad de síntesis.
¿Qué convirtió a Barón Rojo en la banda más grande del rock español?
Muchas cosas, pero por citar alguna de las más importantes, el hecho de que tuvieron una originalidad única, que venía de la combinación de la fuerza más netamente heavy de Carlos y Armando con la tendencia más melódica de Hermes y Sherpa, unida a la inteligencia y sensibilidad de sus letras. Supieron llegar tanto al corazón como a la cabeza de sus seguidores con un mensaje musical y letrístico de una calidad extraordinaria. E igualmente hay que decir que la formación original del Barón en directo era dinamita pura. Sus conciertos te volaban la cabeza, ir a verles era garantía de descarga de adrenalina pura.
¿Cómo fueron sus inicios?
Duros, difíciles... de hecho hasta su nombre, Barón Rojo, vino de la imposibilidad de poder seguir llamándose Coz, idea que ellos tenían cuando Carlos y Armando rompieron con Cutu y Juan Márquez, aunque por la calidad de su música y lo potente de los temas que prepararon para su primer disco, todos los medios rockeros les apoyaron desde el primer momento y tuvieron el contrato con Chapa Discos en la mano casi recién formado el grupo... aunque tuvieron que esperar casi seis meses para poder entrar en estudio. Sin embargo, había en ellos una fé tan grande en lo que hacían, un entusiasmo y una energía que les impulsó para poder vencer todas las dificultades y llegar a lo más alto.
La banda consiguió triunfar fuera de España. ¿Cómo fue aquello?
Sencillamente maravilloso. En ese aspecto, Mariscal Romero, que era el productor de sus discos y el director artístico de Chapa, se dejó la piel para que llegasen a lo más alto posible y consiguieron un hito que en los años 80 era impensable para un grupo de rock español,como fue tocar en el Festival de Reading, al lado de gente como el Michael Schenker Group o Iron Maiden, sin hablar de los conciertos en Argentina y Venezuela. Una epopeya legendaria.
¿Crees que si Barón Rojo hubiese cantado en inglés estaría ahora a la altura de los más grandes de la historia (Iron Maiden, Deep Purple, Thin Lizzy...)?
No creo que cantar en inglés les hubiera llevado necesariamente más lejos. Habrían llegado a la altura de los más grandes si su compañía de discos les hubiera dado el apoyo necesario, hubiera creído más en ellos y no hubiera abortado, literalmente te lo digo, la proyección internacional que tuvieron en su mano alcanzar cuando en 1986 les llegó la oferta de la EMI Odeon Internacional.
¿Es verdad que se plantearon grabar el 'Volumen Brutal' en el Budokan de Tokio?
No. La primera opción fue siempre los Kingsway Recording Studios de Londres, por el contacto que hizo Mariscal Romero con uno de sus propietarios, el cantante de Deep Purple Ian Gillan.
¿Cuál crees que es el momento más importante de su carrera?
1982 y el inmenso éxito (250.000 copias vendidas) de 'Volumen Brutal'. Ese tremendo impacto les lleva a profesiionalizarse cien por cien, les lleva a Reading, a recorrer España en dos giras de locura... También, por ese éxito, es cuando la relación personal entre ellos se quiebra y se instala en el seno del grupo una guerra permanente entre Carlos y Armando por un lado y Sherpa y Hermes por otro.
¿Qué precipitó la separación de la banda?
Muchas cosas, pero lo fundamental fue que tras frustrarse la proyección internacional de Barón Rojo, viendo que ya habían tocado techo, sin duda empezó a haber en el seno del grupo un funcionamiento por inercia, sin ilusión, con una gran desmotivación de fondo, que se tradujo en discos que fueron perdiendo progresivamente la garra y la chispa de magia de los primeros tiempos. Se empezaron a vender menos discos, los gustos del público cambiaron, otros grupos tomaron el relevo, y en 1989 cuando ya ni siquiera el grupo podía permitirse un caché profesional, unido todo ello a las malas relaciones personales entre ellos, el grupo se deshace.
En 2010 la formación original se volvió a juntar en una minigira. ¿Este reencuentro se podría repetir en el futuro?
Como posible, si alguien pone encima de la mesa otra vez la suficiente cantidad de dinero, sí que es posible. Aunque lo veo difícil, pues el tiempo ya corre en su contra, y no existiendo una buena química personal, las posibilidades se reducen, aunque... ¿quien sabe? soñar todavía es gratis ¿no?
El periodista y crítico musical Mariano Muniesa (Madrid, 1967) acaba de publicar la biografía de Barón Rojo, uno de los grupos más grandes e influyentes de la historia del rock español. El Rock de la Urbe se puso en contacto con él para que nos contará lo más destacado de la historia de la mítica banda madrileña: desde sus inicios hasta la reunión de los hermanos De Castro, Sherpa y Hermes Calabria en 2010.
¿Cómo se consigue resumir los treinta años de carrera de Barón Rojo en apenas 326 páginas?
Esos treinta años de carrera en el fondo pueden reducirse en una sola frase: "Un maravilloso sueño que pudo ser mucho más maravilloso aún". A partir de ahí, la historia, al menos en lo fundamental, puede darse a conocer en ese espacio con una cierta capacidad de síntesis.
¿Qué convirtió a Barón Rojo en la banda más grande del rock español?
Muchas cosas, pero por citar alguna de las más importantes, el hecho de que tuvieron una originalidad única, que venía de la combinación de la fuerza más netamente heavy de Carlos y Armando con la tendencia más melódica de Hermes y Sherpa, unida a la inteligencia y sensibilidad de sus letras. Supieron llegar tanto al corazón como a la cabeza de sus seguidores con un mensaje musical y letrístico de una calidad extraordinaria. E igualmente hay que decir que la formación original del Barón en directo era dinamita pura. Sus conciertos te volaban la cabeza, ir a verles era garantía de descarga de adrenalina pura.
¿Cómo fueron sus inicios?
Duros, difíciles... de hecho hasta su nombre, Barón Rojo, vino de la imposibilidad de poder seguir llamándose Coz, idea que ellos tenían cuando Carlos y Armando rompieron con Cutu y Juan Márquez, aunque por la calidad de su música y lo potente de los temas que prepararon para su primer disco, todos los medios rockeros les apoyaron desde el primer momento y tuvieron el contrato con Chapa Discos en la mano casi recién formado el grupo... aunque tuvieron que esperar casi seis meses para poder entrar en estudio. Sin embargo, había en ellos una fé tan grande en lo que hacían, un entusiasmo y una energía que les impulsó para poder vencer todas las dificultades y llegar a lo más alto.
La banda consiguió triunfar fuera de España. ¿Cómo fue aquello?
Sencillamente maravilloso. En ese aspecto, Mariscal Romero, que era el productor de sus discos y el director artístico de Chapa, se dejó la piel para que llegasen a lo más alto posible y consiguieron un hito que en los años 80 era impensable para un grupo de rock español,como fue tocar en el Festival de Reading, al lado de gente como el Michael Schenker Group o Iron Maiden, sin hablar de los conciertos en Argentina y Venezuela. Una epopeya legendaria.
¿Crees que si Barón Rojo hubiese cantado en inglés estaría ahora a la altura de los más grandes de la historia (Iron Maiden, Deep Purple, Thin Lizzy...)?
No creo que cantar en inglés les hubiera llevado necesariamente más lejos. Habrían llegado a la altura de los más grandes si su compañía de discos les hubiera dado el apoyo necesario, hubiera creído más en ellos y no hubiera abortado, literalmente te lo digo, la proyección internacional que tuvieron en su mano alcanzar cuando en 1986 les llegó la oferta de la EMI Odeon Internacional.
¿Es verdad que se plantearon grabar el 'Volumen Brutal' en el Budokan de Tokio?
No. La primera opción fue siempre los Kingsway Recording Studios de Londres, por el contacto que hizo Mariscal Romero con uno de sus propietarios, el cantante de Deep Purple Ian Gillan.
¿Cuál crees que es el momento más importante de su carrera?
1982 y el inmenso éxito (250.000 copias vendidas) de 'Volumen Brutal'. Ese tremendo impacto les lleva a profesiionalizarse cien por cien, les lleva a Reading, a recorrer España en dos giras de locura... También, por ese éxito, es cuando la relación personal entre ellos se quiebra y se instala en el seno del grupo una guerra permanente entre Carlos y Armando por un lado y Sherpa y Hermes por otro.
¿Qué precipitó la separación de la banda?
Muchas cosas, pero lo fundamental fue que tras frustrarse la proyección internacional de Barón Rojo, viendo que ya habían tocado techo, sin duda empezó a haber en el seno del grupo un funcionamiento por inercia, sin ilusión, con una gran desmotivación de fondo, que se tradujo en discos que fueron perdiendo progresivamente la garra y la chispa de magia de los primeros tiempos. Se empezaron a vender menos discos, los gustos del público cambiaron, otros grupos tomaron el relevo, y en 1989 cuando ya ni siquiera el grupo podía permitirse un caché profesional, unido todo ello a las malas relaciones personales entre ellos, el grupo se deshace.
En 2010 la formación original se volvió a juntar en una minigira. ¿Este reencuentro se podría repetir en el futuro?
Como posible, si alguien pone encima de la mesa otra vez la suficiente cantidad de dinero, sí que es posible. Aunque lo veo difícil, pues el tiempo ya corre en su contra, y no existiendo una buena química personal, las posibilidades se reducen, aunque... ¿quien sabe? soñar todavía es gratis ¿no?
Comentarios