A pesar de su juventud (apenas pasan de los veinte años), los tarraconenses Ankor ya tienen muchas tablas. Llevan casi una década de carrera y dos discos publicados. Con su segundo plástico ‘My Own Angel’ han conquistado Europa y Japón (donde han publicado una edición especial). Se les vio en el festival Costa de Fuego de Benicassim y en unas semanas telonearán a los albaceteños Angelus Apatrida. Es una de las bandas emergentes de la escena nacional. Su contundente metal melódico fue lo mejor de las fiestas de Santa Tecla de Tarragona. Actuaron en el espacio Barraques. Ante su gente. En un recinto pequeño, que se llenó hasta arriba. Ankor sí es profeta en su tierra.
El sexteto inició el show con ‘Starting over’, ‘Pride’ y ‘No matter what’. El set list se basó sobre todo en los temas de ‘My Own Angel’. La impecable voz de Rosa de la Cruz venció a las carencias del sonido (el Ayuntamiento no aportó ni un duro a los organizadores). La cantante, imagen y referencia de la banda, recuerda por momentos a Cristina Scabbia de Lacuna Coil. Su evolución desde su primer disco ‘Al fin despertar’ ha sido brutal. Lo mismo se puede decir de sus compañeros. Las guitarras potentes y afiladas de David Romeu y ‘Fito’ Martínez sonaron impecables. Se desenvolvieron como unos auténticos veteranos. Tienen actitud y muy buenas maneras. Se gustaron sobre el escenario.
Las melodias se combinaron con las voces guturales de Julio A. López (bajista), que endurecieron los temas a lo Opeth (salvando las distancias). Tocaron un par de versiones: ‘Chop Suey!’ De System Of A Down y ‘All I Want de The Offspring. Sus influencias son muy disversas: lo mismo le dan al metal que al punk californiano. Su versatilidad es un punto a su favor y les acerca a un público variopinto: desde la chavalería hasta los rockeros más puros.
Cerraron la actuación con ‘Remaining’, primer single y primer videoclip de ‘My Own Angel’. Ya no había tiempo para más. La sintonía de la película ‘Piratas del Caribe’ finiquitó el concierto.
El sexteto inició el show con ‘Starting over’, ‘Pride’ y ‘No matter what’. El set list se basó sobre todo en los temas de ‘My Own Angel’. La impecable voz de Rosa de la Cruz venció a las carencias del sonido (el Ayuntamiento no aportó ni un duro a los organizadores). La cantante, imagen y referencia de la banda, recuerda por momentos a Cristina Scabbia de Lacuna Coil. Su evolución desde su primer disco ‘Al fin despertar’ ha sido brutal. Lo mismo se puede decir de sus compañeros. Las guitarras potentes y afiladas de David Romeu y ‘Fito’ Martínez sonaron impecables. Se desenvolvieron como unos auténticos veteranos. Tienen actitud y muy buenas maneras. Se gustaron sobre el escenario.
Las melodias se combinaron con las voces guturales de Julio A. López (bajista), que endurecieron los temas a lo Opeth (salvando las distancias). Tocaron un par de versiones: ‘Chop Suey!’ De System Of A Down y ‘All I Want de The Offspring. Sus influencias son muy disversas: lo mismo le dan al metal que al punk californiano. Su versatilidad es un punto a su favor y les acerca a un público variopinto: desde la chavalería hasta los rockeros más puros.
Cerraron la actuación con ‘Remaining’, primer single y primer videoclip de ‘My Own Angel’. Ya no había tiempo para más. La sintonía de la película ‘Piratas del Caribe’ finiquitó el concierto.
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