Por allí han pasado More Experience, Malcom Scarpa, M Clan o
Jonah Smith. Está decorado con fotos de músicos, carteles de conciertos
históricos y viejas lámparas de la India. Su propietario, un veterano hippy,
dispone de una importante colección de vinilos de hard rock, rock progresivo,
blues, country o psicodelia. Eldorado actuó en su pequeño escenario un domingo
a las ocho y media de la tarde. Fuera llovía a cantaros. Congregaron a unas
sesenta personas, que prácticamente llenaron el aforo del bar. La entrada sólo
costaba dos y euros y medio con una consumición incluida.
Los madrileños, completamente mimetizados con el local,
abrieron con ‘Mr Saturn’, Midnight games’ y ‘Like a lost child’. A los que ya
les conocíamos no nos sorprendió su enorme talento musical. Los que les
escucharon por primera vez alucinaron: “Estos tíos son muy buenos”. Crearon una atmósfera muy piscodélica y
setentera, con canciones interminables y continuos solos de guitarra, bajo y
batería. Jesús Trujiilo, vocalista canario de la banda, combinó muy
acertadamente el micrófono y los teclados. Tiraron exclusivamente de repertorio
anglosajón, con las cañeras ‘Reactor’ o ‘Space mambo’ y otras más relajadas,
como ‘Falling falling’ o ‘Kassandra’. Le dieron un sonido más crudo y rockero a
‘Helter Skelter’ de The Beatles, ganándose la complicidad del público. Sin
concesiones, sin altibajos. El guitarrista Andrés Duente (el último en llegar
al grupo) tuvo mucho protagonismo: alargó algunos temas con impecables partes
instrumentales. El bajista César Sánchez y el baterista Javi Planelles
mantuvieron el listo muy alto.
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