José Luis Campuzano 'Sherpa' y Hermes Calabria, antiguos
miembros de la mítica banda de rock duro Barón Rojo, actúan este sábado en la Sala Toman de Reus. Repasarán los mejores temas del grupo madrileño
y de su carrera en solitario. Abrirán el concierto los reusenses Languedoc.
¿Cómo se vive el rock rebasada la sesentena?
Exactamente igual que antes. Lo que pasa es que ahora estamos en un ciclo involutivo: la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados pero la moral de la gente y la búsqueda espiritual van a menos. Cada vez somos más borregos y los que intentamos ser la oveja negra lo pasamos mal.
¿El rock sigue siendo transgresor?
Ahora a cualquier cosa se le llama rock. A los grupos popis que hablan de cosas intrascendentes les llaman rockeros. Pero eso no es rock. Rock es todo lo que sea transgresor y rebelde, pero en los últimos tiempos se mete todo en un mismo saco.
A finales de los setenta y principios se los ochenta era diferente.
Mucha gente me dice que fui la banda sonora de su vida y que gracias a mí intentó seguir otros caminos. No me las doy de profeta ni de maestro de nada, sólo expreso mis sentimientos en la letras y eso cala en la gente, aunque sea una minoría.
El mensaje de sus canciones, críticas con el poder y cargadas de reivindicación social, está muy vigente.
Desgraciadamente sí. Hace poco un promotor me dijo que le encantan mis canciones pero que son muy tristes. Le contesté que no son tristes, son serias. Trato de buscar la realidad y el por qué de las cosas y las injusticias. Y eso no lo dice todo el mundo. Hay gente a la que le gusta la fiesta, ir de copas y pedir otra de gambas. Yo soy así.
¿Qué Sherpa veremos este sábado en Reus?
El repertorio incluirá los mejores temas de mi época en Barón Rojo y de mis discos en solitario 'El rock me mata' y 'Transfusound'.
Le acompañará a la batería Hermes Calabria, otro exBarón Rojo.
Hermes y yo tocamos juntos desde que nos separamos de esos dos seres –en alusión a los hermanos De Castro–. Éramos dos horcos y dos elfos, y los elfos nos fuimos del grupo.
¿Descarta una nueva reunión de la formación original de Barón Rojo como en 2010?
Si aparece un jeque árabe y nos da cien millones de euros a cada uno, yo encantado.
¿Tal mal acabó la cosa con los De Castro?
Ya se los he definido antes.
De 19 a 20 horas, Hermes y usted firmarán discos en la Sala Toman. ¿Es una forma de llegar a un nuevo público?
Es una manera de sacar algo de dinero, de pagar facturas. El merchandising es muy importante. Hago colgantes con forma de púa con los platillos de batería rajados de Hermes. Los estoy vendiendo muy bien. Soy escultor de corazón y, aunque suene mal, soy bastante bueno.
¿La música se ha vuelto impersonal?
La época que estamos viviendo es totalmente intrascendente, nos vamos acercando al precipicio. Mire lo que está pasando en Ucrania o Siria. La humanidad no ha avanzando nada, tenemos unos teléfonos móviles acojonantes pero no somos más felices que el hombre de Cro-Magnon que salía a cazar un mamut.
¿Quién tiene la culpa de esta involución social?
Uno mismo, las culpas son individuales. El poder también es culpable, puede ir hacia el bien o el mal y casi siempre va al mal. Dice que se preocupa por que no haya accidentes de tráfico y por el bienestar de los ciudadanos, pero en el fondo nos está haciendo la puñeta y nos está exprimiendo.
¿Mande quien mande?
Tenemos a la marioneta Rajoy, a la marioneta Zapatero, a la marioneta Bush...
¿Está desencantado con la izquierda?.
Yo no soy ni de izquierdas ni de derechas, soy un anarco sibarita.
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