«Nos vamos con la cabeza centrada y autoconvencidos de que este
no ha sido nuestro último concierto juntos, sino el principio de algo mejor»,
cuenta Castellanos, cantante y guitarra rítmica del grupo.
Desde que, en septiembre,
anunciaron su parón indefinido han recibido multitud de mensajes de
apoyo animándoles a continuar. Pero no hay marcha atrás. «No es algo que
queramos, pero todos seguimos un camino que al que final tiene diferentes direcciones.
Priorizamos unas cosas sobre otras y el día sólo tiene 24 horas y la semana,
siete días», afirma Castellanos.
Lo dejan con la satisfacción de haber publicado un disco, ‘Imparable’
(autoeditado, 2013), con el que se hicieron un nombre dentro y fuera de la
provincia de Tarragona. «La etapa entre 2011 y 2013 fue la mejor. Grabamos un
maqueta y un disco y fue cuando más conciertos hicimos», recuerda
Castellanos. Una cincuentena de directos
les avala. «El mejor fue cuando teloneamos a Sôber en el festival Vila-seca a A
Tope de 2012», opina el vocalista. También han compartido tablas en todo este tiempo
con bandas como The Bond Scott Band (tributo a AC/DC), los alemanes Meinstein (tributo a Rammstein)
y «muchos grupos locales que han merecido la pena».
The Eyeballs se disuelven con «muchas espinas clavadas»:
«Por eso creemos que lo mejor es parar y dejar que fluya sólo lo que tenga que
ser. Nos hubiese encantado tener a alguien de confianza como manager, haber hecho
una gira en condiciones para nuestro disco...».
La banda, recuerda Castellanos, empezó como «un grupo de colegas
que se juntaban para hacer el tonto a finales de 2003. Poco a poco, con la edad
y la experiencia, se fue incubando el huevo, que aún no ha roto a pesar de todo
lo vivido».
En estos años han pasado muy buenos momentos, pero también
tienen recuerdos que preferirían borrar, como «los cambios drásticos de
formación, conciertos penosos y muchos ‘aprovechados’ que nos dejaron tirados
después de prometernos cientos de cosas».
A pesar de todo, se quedan con un buen sabor de boca y con los
muchos amigos y seguidores que han hecho durante el camino. «Nos gustaría que
esto sólo sea un parón para volver con más
fuerza y mejor, pero nuestras cabezas no saben contestar a eso todavía. Es
posible que nos volvamos a juntar en el futuro o que aparezca otro proyecto para
renacer con algo nuevo. Hay muchos quizás, pero ninguno seguro. No queremos
decir adiós, sino hasta luego», concluye Castellanos.
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