“Hoy es un concierto de malas noticias,
Lemmy ha muerto y yo no me encuentro muy bien”, dijo un emocionado Yosi al
público que abarrotaba ayer La Riviera de Madrid. Las entradas se habían
agotado hace meses. Sold out. El carismático
líder de Los Suaves estaba aún convaleciente del porrazo que se dio hace apenas
dos semanas en Ponferrada. Las magulladuras le hacían mella. Llegó al escenario
prácticamente desde el hospital, pero eso no le impidió despedirse de la
capital por todo lo alto. Como un chaval con melena y barba canosas que está a
punto de cumplir 68 años.
Los Suaves se retiran. Aunque quién sabe… “Me voy a
recuperar y dentro de un año nos volveremos a ver por aquí”, bromeo. Igual sí,
porque es un tipo indestructible. Después de más 35 años de carrera, ilusión no
le falta. Lástima que le edad pase siempre factura. Ayer se vació durante cerca
de dos horas y media. Se dejó la voz, brincó, se enfundó la camiseta del Atleti
y hasta lanzó confeti. No lloró, pero se enterneció. Se hartó de decir adiós.
Era una noche especial, triste, nostálgica. A más de un asistente se le escapó
alguna lágrima cuando se encendieron las luces. Fue una sensación extraña. Por
un momento todos nos hicimos un poco más mayores. Se va una banda que ha
marcado a varias generaciones. De esas de las que cada vez quedan menos.
El concierto de La Riviera fue emotivo.
De los que quedan en el recuerdo. No fue seguramente la mejor actuación de Los
Suaves, Yosi lleva tiempo mermado físicamente, pero estuvo a la altura de las
expectativas. Sonaron a la perfección. Son unos músicos fenomenales, con
mención especial para Alberto Cereijo, que se marcó unos solos colosales. Qué
pedazo de guitarrista. Tiraron del repertorio clásico. Sin novedades. Lo de
siempre. Caviar del bueno. Los temas que forman parte de nuestra banda sonora. Empezaron
con ‘Preparados para el rock and roll’ y se fueron con ‘La noche se muere’.
Entre medias hubo veinte más: desde la poética ‘Palabras para Julia’ hasta las
sempiternas ‘Maldita sea mi suerte’, ‘Malas noticias’ o ‘Dolores se llamaba
Lola’. Yosi cogió la guitarra acústica en ‘Pardao’. Quizá faltó alguna canción,
como ‘Peligrosa María’, pero, en realidad, el set list era lo de menos.
Cualquiera valía en una noche en la que la comunión entre la banda gallega y el
público fue máxima.
Hubo más de una ovación. Agradecimientos
mutuos desde arriba y abajo del escenario. “Tenía que estar en el hospital,
pero os prometimos que vendríamos y aquí estamos”, apuntó Yosi. Su voz,
desgastada por el paso del tiempo, aguantó el envite con soltura. Es un
cantante peculiar, único. No hay otro como él. Vaya donde vaya, siempre juega
en casa. Los seguidores madrileños volvieron a demostrarle su cariño desde el
principio. Madrid es una de las grandes plazas de los de Orense. Estar en
fechas navideñas quizá ablandó el ambiente, más sensiblero que de costumbre. Dos
Papás Noel salieron al escenario y bañaron a los asistentes con confeti. Yosi
sacó una pancarta hecha a mano con la palabra adiós escrita. Los Suaves dieron
paso más hacia su pronta despedida. “Esto se acaba”. Se va un grupo que ha
hecho historia en el rock español.
Set list
Preparados para el rockanroll - Cuando
los sueños se van - Palabras para Julia - Maldita sea mi suerte - Lisa
(1970-1996) - Por una vez en la vida - No puedo dejar el rock - Viajando al fin
de la noche - ¿Sabes? ¡Phil Lynott murió! - Siempre igual - Si pudiera - Malas
noticias – Pardao - Mi casa - El afilador (+himno gallego) - Dolores se llamaba Lola
Bises
San Francisco Express - Dile siempre que
no estoy - Ya nos vamos - Navidades
Suaves - Dulce castigo - La noche se muere
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