Para los festivales
de pequeño formato, los de plaza de pueblo, los grupos con solera siguen siendo
una apuesta segura. La séptima edición del Vila-seca a Tope tiró por ese
camino. Un escenario, los incombustibles Porretas y Reincidentes de cabezas de
cartel y las bandas locales Distrito Rojo y DKF (con miembros también de
Mallorca) para entrar en calor al principio.
La fórmula cuajó: atrajo a público
de casa al inicio de la noche y remató luego con audiencia más ducha en este
tipo de evento. El concie rto era gratuito y Vila-seca estaba en plena fiesta
mayor de verano. Es un municipio muy rockero a pesar de que hace 25 años que es
gobernado por la derecha catalana, por Convergència i Unió (CiU). Está visto
que la música no entiende de ideologías.
Porretas fue lo
mejor de la noche. Juerga cervecera y público entregado. Ambiente de grandes
citas. En la línea de lo que ofrece siempre la bandas del barrio de Hortaleza.
Unas pinceladas de su último disco ‘Al enemigo ni un agua’, un gran álbum por
cierto, y muchos clásicos. Que si ‘Marihuana’, ‘Ahora lo llevamos bien’, ‘Si
nos dejáis’, ‘Porretas’… Hasta su
habitual popurrí de éxitos ajenos: ‘Pongamos que hablo de Madrid’, ‘Txus’, ‘Esto
es un atraco’, ‘Peligrosa María’… Ni un momento de relajación, todo el rato
arriba. En las primeras filas, los asistentes sudaron bien la camiseta.
Diversión a toda mecha. El recuerdo a Rober, fallecido hace cinco años, puso la
nota emotiva. ‘Aún arde Madrid’ en su honor.
Se le echa de menos, aunque Manuel Benítez (Los Enemigos) ya está
completamente mimetizado en el grupo. Empleando el literario argot taurino, los
Porretas salieron de Vila-seca con las dos orejas y el rabo.
El listón para
Reincidentes estaba alto. Y se quedaron a un palmo. Los sevillanos estuvieron
correctos, sin alardes. Con un repertorio que combinaba clasicazos con temas
más nuevos de sus últimos y menos exitosos discos. Perfecto para los seguidores
más fieles del grupo, pero un tanto descafeinado para los de la generación de
‘Algazara’ y ‘Ahora qué’. Un set list
que iba de ‘Grana y oro’, ‘Aprendiendo a luchar’ o ‘Nazis nunca más’ a
‘Latinoamérica’ o ‘Huracán’. Fernando Madina ha perdió la forma pero no su
lengua afilada contra las injusticias sociales y la mala praxis (por decirlo
finamente) de la clase política. República por aquí, Venezuela por allí…
Espoleó al respetable apoyando un referéndum soberanista en Catalunya, con lo
que se ganó el aplauso fácil pero también algún reproche. Cerraron el concierto
por todo lo alto, con unos bises que incluían ‘Dolores’ y ‘Vicio’. Los que
resistieron hasta el final –era jueves y al día siguiente había que madrugar-
se fueron con buen sabor de boca a la cama.
Si rebobinamos unas
cinco horas, Distrito Rojo, que abrieron el festival, fueron la sorpresa
agradable de la noche gracias a su rock calmado que por momentos recordaba a La
Fuga de Rulo. La banda liderada por Xavi Moreno, quien fuera bajista de los
recientemente disueltos Ausentes, acaba de publicar su primer disco homónimo.
Luego fue el turno de los contundentes y reivindicativos DFK. Sin pelos en la
lengua y guitarras duras.
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